#1•• Marxismo cultural: la política del resentimientoEl marxismo cultural combate a la derecha, a los Neo-liberales, los fachos, y al conservadurismo retrógrado de los religiosos fundamentalistas; o sea a todo lo que se atreva a oponerse al progresismo. Recurren a la difamación del contrario, la intimidación y chantaje, en vez de discusión honesta Por Alberto Mansueti Toda la política de la izquierda se basa en el resentimiento: fomentarlo si lo hay; crearlo si no lo hay. Por defectuosa que pueda ser la derecha, y lo es a menudo, no es justa la pretensión de equipararla con la izquierda en algún sentido, ni de minimizar o negar las diferencias. En el siglo XX, nuestros países fueron arruinados por el marxismo clásico o económico: estatismo, intervencionismo generalizado, inflación, y astronómicos impuestos para mantener al Estado gigante. Y para justificarlo, se impulsó el odio de proletarios contra burgueses, pobres contra ricos, y de las naciones contra el imperialismo. Marxismo cultural es la transposición de la técnica de la promoción del resentimiento y del conflicto sistemático (inspirada en la dialéctica de Hegel), antes empleada para subvertir la economía, a otros campos: la familia, la ética, el derecho, la lógica, y la cultura entera. Este segundo marxismo florece en un clima saturado de proyectos personales frustrados, por la pobreza, y demás calamidades resultantes de las recetas del marxismo clásico. La frustración se convierte en resentimiento, y a los resentidos, las izquierdas les apuntan ahora a una gran variedad de culpables y enemigos: los capitalistas, los varones, los blancos, los homofóbicos, la religión, etc. Una lista de los tópicos, temas y rasgos característicos del marxismo cultural, puede verse en publicaciones alternativas, cristianas y conservadoras; e incluye los siguientes, a lo menos: (1) Muy acendrada y agresiva mentalidad anticapitalista, aunque a los jefes les encanta disfrutar de todos los lujos, a costa de los impuestos. (2) Hedonismo: objetivo y meta es ocio, diversión y placer sin frenos ni límites, sin responsabilidad, sin compromiso. (3) Feminismo: victimización de las mujeres y criminalización de los varones, así como antes se victimizó al proletario, y se criminalizó al empresario burgués y explotador. Denigración del hetero-patriarcado y de lo masculino, y consecuente desempoderamiento del varón. (4) Apoyo activo al homosexualismo, y a otras formas alternativas de sexualidad, para imponer una nueva Santa Inquisición políticamente correcta. (5) Elogio de la diversidad, pero a la vez promoción de la igualdad, y reducción de las desigualdades; sin embargo es un raro y extraño culto a la diversidad, porque implica la negación de las diferencias reales entre individuos, vistas como ventajas injustas que deben suprimirse. (6) Adhesión al movimiento de la autoestima, que se traduce en narcisismo, hipersensibilidad a la crítica, pensamiento positivo (desiderativo), creencia en derechos inmerecidos, y rechazo a toda opinión contraria. (7) Odio al consumismo y a la gran empresa capitalista moderna, por lo general de tipo multinacional; pero a la vez los marxistas culturales son ávidos consumidores de sus productos, y la obligan a hacer campañas en pro de sus buenas causas, y donativos a sus ONGs. Relativa tolerancia a las pequeñas empresas (y a los emprendedores), con tal de que sigan pequeñas y no puedan crecer. (8) Oposición a todas las religiones institucionalizadas, muy en especial al cristianismo (excepto al cristianismo de izquierdas); y apoyo a toda forma de espiritualidad, en especial las de inspiración hinduista y oriental (Nueva Era). (9) Animalismo, o anti-especismo: con pretextos ecológicos y de defensa del medio ambiente, victimización de animales (y plantas); criminalización del ser humano, y de la civilización industrial. (10) Anarquismo, antimilitarismo y pacifismo; reto a los policías, jueces, y a toda autoridad, ley o institución como represiva. Pero se apegan a la ley cuando ellos la han dictado. (11) Antifascismo, y anti-nacionalismo. Fascismo es todo lo que les disgusta. (12) Racismo anti-blanco: victimización de los no blancos, y criminalización de los blancos. Indigenismo raro, porque llenan de loas a los pueblos originarios, pero a la misma vez promueven las migraciones indiscriminadas, como método para desarraigar a la gente de sus hogares y países. (13) Relativismo cognitivo y ético; combinado con exaltación de las emociones y sentimientos subjetivos, por encima de la razón objetiva (Posmodernismo). Una ética buenista sensiblera y romanticona. Negación de valores universales que no sean los suyos. Exaltación de una libertad sin orden, verdad ni justicia, que es libertinaje. (14) Pensamiento único, imposición forzada de sus creencias y sus valores, suplantando a otros sistemas de valores. Espíritu inquisitivo y persecutorio. (15) Promoción de todo arte no convencional; como medio de propaganda subversiva. (16) Firme creencia en la acción: el fin justifica cualquier medio. Inmediatismo y cortoplacismo. (17) Deconstrucción de la lengua, la historia, la filosofía, la cultura, el derecho, hasta de la ciencia, y pretensión de releerlas (y reescribirlas todas por completo), en función de sus objetivos. Incluso los simples hechos biológicos son denunciados como construcciones sociales. (18) Identificación de cambio con progreso: el cambio se identifica con mejoramiento. Duro combate a la derecha, a los Neo-liberales, los fachos, y al conservadurismo retrógrado de los religiosos fundamentalistas; o sea a todo lo que se atreva a oponerse al marxismo cultural y al progresismo. Se recurre a la difamación del contrario, intimidación y chantaje, en vez de discusión honesta. (19) Uso selectivo de los tribunales de justicia, de la prensa y del espectáculo para avanzar sus agendas destructivas, además de la enseñanza controlada por el Estado, y hasta de los púlpitos. (20) Fuerte impulso a un Gobierno Único Mundial para decretar su Pensamiento Único. Próximo artículo, si Dios quiere: la política de la asertividad. ¡Hasta entonces y saludos a los buenos! LEE MAS ABAJO |
#2• Las mentiras del marxismo | 15.09.2008 | PEDRO LUIS LLERA | "No siempre lo que parece bueno es bueno; ni lo que parece malo, es malo". Pepito Grillo (Pinocho, Disney, 1940) ¿A alguien le gusta que le mientan o le engañen? Pues hoy vivimos en el reino de la mentira. En los tiempos que corren, buscar la VERDAD (con mayúscula) y desvelar las mentiras se ha convertido en una obligación moral de primer orden. Sobre todo ahora que el relativismo moral pretende convencernos de que todo es igual, de que todo depende del cristal con que se mire, de que todo es subjetivo y está en función de la percepción de cada cual o del consenso de las mayorías. «La bella y la bestia» Es un relato esclarecedor a este respecto: el guaperas por quien todas las chicas del pueblo suspiran al final resulta ser un ególatra, traidor y asesino; mientras que la Bestia, a pesar de su apariencia brutal y espantosa, es capaz de aprender de sus errores y encierra en su interior a un príncipe generoso, capaz de amar, de sacrificarse y de renunciar a sí mismo para buscar la felicidad del otro (La Bella). Muchos son hoy en día los cantos de sirena que nos llegan por todas partes. Mi propósito es poner al descubierto algunos de estos cantos de sirena sin más fin que el de avisar a los desprevenidos para que se aten bien a los mástiles del barco en que navegan y pongan su empeño en no dejarse engañar por tanto mentiroso como anda suelto en este océano tempestuoso que nos ha tocado surcar en los primeros años del siglo XXI. Y recuerden que el criterio de discernimiento que nos permitirá en todo momento mantener el rumbo y navegar distinguiendo la verdad de la mentira, el bien del mal, es muy claro: el mal puede parecer atractivo -a veces, hasta irresistible-, pero al final siempre resulta devastador y, en última instancia, te mata: «Por sus hechos los conoceréis». La verdad conduce al amor y a la vida, a la belleza y al bien; la mentira, al odio y a la muerte. Una de las más grandes mentiras asesinas que aún siguen engañando a la gente se llama marxismo: una de las ideologías decimonónicas que aún colean por el mundo dejando a su paso regueros de sangre. El marxismo es el origen del comunismo y de los socialismos en sus diversas formas y colores. Su mentira resulta tentadora: ¿A quién no le gustaría un mundo sin pobres ni ricos? ¿Quién no sueña con una justa distribución de la riqueza, con una sociedad sin explotadores ni explotados? El paraíso comunista resulta atractivo a primera vista. Todos aspiramos a vivir en un nuevo paraíso terrenal en el que nadie pase necesidad y todos podamos vivir en paz. Entonces ... ¿cuál es el problema del marxismo en sus diversas variantes? El problema está en que comunistas y socialistas promueven el odio, la violencia y la muerte como medios para llegar algún día a ese utópico edén. La lucha de clases supone fomentar el odio entre las personas y la revolución representa la exaltación de la muerte como medio para alcanzar sus fines. Lenin, Stalin, Castro, Mao o el Che son ejemplos palmarios de criminales y asesinos que han dejado tras de sí miles de muertos en nombre de la revolución y del socialismo.
El socialismo real es una de las grandes mentiras asesinas de la historia. Su discurso demagógico puede hechizar a muchos. Pero a los hechos me remito: dictadura, pobreza, asesinatos, persecución del disidente. La caída del muro de Berlín dejó al aire sus vergüenzas. ¿Cómo alguien puede aún ser comunista sin que se le caiga la cara de vergüenza? ¿Cómo se puede seguir luciendo sin rubor una camiseta de un asesino en serie como el Che? Pero ésa es otra historia que merece otro artículo. ******************************************************* |
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